martes, noviembre 08, 2005

Groucho

El otro día decidí seguir un consejo de un peligrosísimo supervillano: el rey del glam. Si echais un vistazo a su blog, os dareis cuenta de que hay que tenerlos cuadrados para seguir un consejo suyo (jie!). Pues con un par. Y me compré una autobiografía de Groucho Marx. Se titula "Groucho y yo". Es tronchante. Un ejemplo:

"A veces, el anuncio consiste en tres hombres montados en un caballo blanco, brindando alegremente con unos Martinis. Personalmente, me es bastante difícil mantenerme encima de un caballo, sin la responsabilidad adicional de sostener en el aire un Martini. Además, me parece que el lomo de un caballo no es el lugar más confortable para emborracharse. ¿Por qué no se van esos tres indivíduos a una tasca, si lo que maquinan es reventar la mayor cantidad posible de botellas? Ciertamente, resultaría menos extravagante.
Detesto admitirlo, pero pocos de nosotros pueden resistir el poder y la presión de la publicidad moderna. Este anuncio en concreto me ha sugestionado hasta tal punto que ahora no siento deseos de tomarme un Martini a menos de ir montado en un caballo blanco, con otros dos hombres. Otra cosa que siempre me ha intrigado respecto a este anuncio es saber quién es el propietario del animal. ¿Y cuál es su sexo, si es que lo tiene? ¿Es propiedad de la agencia de publicidad? ¿O se trata simplemente de un caballo blanco perdido, que un día estaba paseando por el campo y, sin nada mejor que hacer, se metió deliberadamente debajo de esos tres borrachos, que estaban sentados en un árbol, brindando con sus Martinis? ¿Posee cada hombre un tercio del caballo? Y en tal caso, ¿qué porción? ¿O se trata de un caballo poseido conjuntamente por los tres hombres? Supongamos que uno de ellos quiere cabalgar a solas. ¿Qué sucede con los otros dos? ¿Regresan al árbol? ¿O permanecen suspendidos en el aire hasta que vuelve su compañero con el penco?"

4 comentarios:

Anónimo dijo...

yo no pongo nada porque espero que me pases el libro directamente.

Anónimo dijo...

Jajajaja.... Para ser ya hipercontradictorio te diré que la biografía que me leí yo no era ésa, sino una que escribió su hijo mayor... pero me buscaré esa ipsofacto.

Para los fans más recalcitrantes, se han publicado (no me acuerdo del título, maldita sea) unos diálogos radiofónicos entre Groucho y Chico que son la bomba...y cito de memoria:

Groucho: Vamos a ver, señor fulanetti... ¿Cuánto cobra usted por tocar el saxofón.

Chico: Humm.. diez dólares la hora. (Empieza a tocar)

Groucho: Basta! ¿Cuánto cobra por no tocarlo?

Chico: dieciséis dólares la hora; de modo que calculo que me debe usted algo así como treinta pavos...

Anónimo dijo...

Bueno, ante todo un breve presentación, me llamo Gaby, leo este blog y otros en Guatemala y al igual que al señor Pocreta, la arquitectura me atrapó; bueno tal vez lo único que quiero compartir es que leí hace muy poco, fragmentos de otro libro de Groucho, que si no me equivoco se titula ¿Poqué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, para las que pasamos largas temporadas pensando sobre el amor y su entorno, la lectura fue de lo más encantadora, yo se la he recomendado a un par de amigas y claro a ustedes.

Anónimo dijo...

Hola, Gabi. Me apunto ese libro. Recuerdo haberlo visto cuando compré este, de hecho. Qué invento esto de internet, tener una lectora Guatemalteca...