Estooo...tengo algo que decir

Ejem, ejem.
Ya sabeis que nací con una extraña habilidad: Estar convencidísimo de algo durante años, incluso meses, y acto seguido y, sin ni siquiera un golpe en la cabeza, cambiar diametralmente de opinión. Pues bien, he vuelto a hacerlo. Con un quiebro de cintura que habría dejado parapléjico a cualquier defensa central de primera división, tras años voceando indignado, indignadísimo, qué cojones, en contra de la compra de pisos y a favor del alquiler... Sí. Me he comprado un piso. En serio. Direis: "manda cojones", y tendréis razón, sí. Pero me entró por los ojos, hice cuentas, y con la inestimable ayuda económica de mis padres (si no ni de coña), me he convertido en homo hipotecus.
Ayer cerré el trato, y el lunes procederé al papeleo, señales económicas, etc. acompañado, si el avión aterriza a tiempo, por el fiero leguleyo don Nacho.

El piso en cuestión está en calle Esgueva, esquina calle los moros. Encima de una tienda llamada samarkanda, y del bar La Croqueta (ironías de la vida), donde ponen esas pocretas que hemos degustado amenudamente.
Es un tercero, sin ascensor y sin garaje. Pero el resto mola. Ya lo vereis. Tiene dos balcones. En la foto, en el tercer piso de la casa del fondo, el balón del cartel de "se vende" en letras naranjas y el de su derecha.

En fín. Yo qué se. Qué se yo. No me pidais que lo explique.